Li Xiulai, ya entrando en sus años y jodido, terminó pobre como una rata después de que una grúa de demolición le cayó encima por pura mala suerte. Pero, ¡qué tal! De pura suerte, regresó al 1998. Con el chance de su vida y sabiendo lo que viene, decidió cambiar el rumbo: ni hablar de amor ni tonterías, puro chamba y plata. No se va a quedar corto, quiere ser un goat y llevar a China al top del mundo.