Capitulo 02
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CAPÍTULO 2: MAESTRÍA DE LA EQUITACIÓN
Al llegar a la habitación, la decoración era sencilla. En la pared había una pintura con caracteres que claramente no eran de un renombrado artista. Sin embargo, en la actualidad, seguramente podría venderse por algo de dinero.
Al abrir la ventana, las calles afuera estaban extrañamente desiertas. De vez en cuando, se podía avistar a un transeúnte.
Miró hacia el cielo y las estrellas apenas eran visibles, esta noche no vería una luna brillante.
*Suspiro*
Pensó en su feliz hogar en el que solía estar. Aunque no era lujoso ni adinerado, las necesidades básicas estaban cubiertas.
Tenía una novia hermosa y encantadora. Planeaban casarse dentro de dos años, pero ahora se encontraba atrapado en esta situación de viaje en el tiempo.
¡Cielos! Con tantos hombres atractivos de donde elegir, ¿por qué demonios tuvo que pasarme a mí?
A través del espacio y el tiempo, realmente extrañaba a su familia.
Se revolcó en la cama durante mucho tiempo antes de finalmente quedarse dormido.
Al día siguiente, pidió al camarero que le preparara algo de comida seca y luego se dirigió al mercado de caballos para elegir uno.
En la antigüedad, los caballos siempre fueron un recurso estratégico importante. Los caballos de los soldados no solo requerían pasto, sino que también necesitaban ser atendidos por varios sirvientes a diario, lo que resultaba en un gasto considerable.
El mantenimiento, equipo y entrenamiento de un solo caballo superaban el costo de mantener a cinco o seis soldados.
En una época donde los países antiguos no eran económicamente fuertes, ni siquiera se podía pensar en formar grandes unidades de caballería.
Sin embargo, en el campo de batalla, la caballería superaba con creces a la infantería en términos de movilidad y flexibilidad.
Con su alta movilidad, podían llevar a cabo una variedad de tácticas, como hostigar, emboscar y cortar las líneas de suministro del enemigo.
Después de preguntar por el camino, finalmente llegó al mercado de caballos.
Este mercado de caballos no era pequeño. Había caballos de todas las formas y colores. Sin embargo, quienes vendían los caballos eran mongoles. Sorprendentemente, no se veía a ningún chino. Parecía que los negocios de este mercado de caballos estaban monopolizados por los mongoles.
«Zhaokuai, quiero comprar un caballo. Escoge para mí uno con resistencia, saludable y en buena forma.»
En la antigüedad, a los vendedores de caballos se les llamaba ‘zhaokuai’.
«¡Claro, señor! Permítame mostrarle algunos.»
Se acercaron a un caballo de color castaño.
«Señor, este caballo tiene una estatura y corpulencia moderada. Su espalda no es larga y sus extremidades son fuertes…»
Los caballos con espaldas largas tienden a tener una menor resistencia y fuerza en la espalda, lo que afecta su velocidad al correr.
«Señor, este otro caballo tiene una grupa fuerte y bien desarrollada…»
El sistema de potencia del caballo está en la parte trasera, por lo que la inclinación de la grupa no debe ser demasiado pronunciada. Un contorno redondeado es ideal.
«Señor, este caballo tiene una nariz grande y respira con facilidad, lo que le permite cambiar el aire eficientemente al correr…»
…
Después de escuchar varias explicaciones, Jiang Chen se dio cuenta de que elegir un caballo era todo un arte.
Siguiendo el consejo de la gente sabia, Jiang Chen eligió los caballos que más le llamaron la atención de entre los que el dueño le presentó.
«Amigo, no sé montar a caballo. ¿Podrías enseñarme cómo hacerlo?»
El dueño se sorprendió un poco. «Si no sabes montar a caballo, ¿para qué compraste uno?». Sin embargo, para cerrar la venta, aceptó de buena gana.
«¡Por supuesto, señor!»
Llevó el caballo a un amplio espacio y comenzó la lección práctica.
«El jinete debe sentarse erguido en el lomo del caballo, manteniendo el pecho y la espalda rectos. El antebrazo y el torso deben estar alineados, y el antebrazo y las riendas deben formar una línea recta desde cualquier ángulo…»
El dueño enseñaba con seriedad, y Jiang Chen escuchaba con atención, aunque no entendía del todo.
Justo cuando el dueño terminó de hablar, apareció su habilidad «dedo de oro» de «Ver lo imperceptible”.
Se sintió como si hubiera recibido una epifanía, las palabras del dueño anterior quedaron grabadas en su memoria. Los diferentes secretos para montar a caballo se desarrollaron en su mente como un árbol que crece rápidamente, ramificándose y cubriéndose de hojas exuberantes. En muy poco tiempo, comprendió completamente todo y lo vio con claridad, ya estaba familiarizado con la equitación.
Era realmente asombroso. No solo comprendió completamente lo que el dueño había dicho, sino que también derivó aún más técnicas de equitación basadas en sus palabras.
Cuando su «dedo de oro» desapareció, sintió instintivamente que montar a caballo no sería un problema para él.
«Amigo, ¿puedo intentarlo?»
«Claro, inténtalo.»
Jiang Chen se acercó con confianza, pero tuvo dificultades para subirse al caballo en su primer intento.
El dueño solo pudo sacudir la cabeza con incredulidad.
Después de un segundo intento, finalmente logró subirse. Como si fuera un instinto, controló al caballo debajo de él de manera natural. El caballo obedientemente siguió sus órdenes mientras galopaba.
El dueño estaba completamente sorprendido. ¿Acaso este tipo estaba fingiendo hace un momento? ¡Montaba mucho mejor que él!
Jiang Chen dio dos vueltas alrededor montado en el caballo y regresó junto al dueño.
«Joven, eres realmente experto en equitación. ¿Por qué bromeabas conmigo antes?»
«Bueno… señor, quiero comprar este caballo. ¿Cuánto cuesta?»
«¡Treinta taels de plata!»
«¿Qué?»
«Señor, observe que este caballo tiene una saludable condición física y es de una excelente raza…»
En la dinastía Song y Yuan, el precio de un caballo aumentaba varios miles de taels de plata por cada pulgada de altura adicional.
Además, el precio de un caballo también estaba influenciado por factores como la raza, calidad, tiempo de entrenamiento, etapa de entrenamiento, linaje y los logros en competencias.
«No intentes engañarme. Está bien, veinticinco taels de plata. Si aceptas, acepto. Si no, iré a ver en otro lugar.»
El dueño lo detuvo apresuradamente al ver que realmente se iba.
«Veinticinco taels, veinticinco taels. Realmente sabes cómo regatear.»
Eso era típico de alguien que se aprovechaba de una buena oferta.
Después de pagar, Jiang Chen montó su caballo de regreso al mesón.
«Señor, su comida está lista.»
«Está bien.»
Con el paquete en mano, se dirigió en la dirección de la competencia a caballo.
Los cascos resonaban, galopando como el viento.
Una hora más tarde, se detuvo bajo un árbol de banianos para descansar. Ya se había familiarizado completamente con montar a caballo, pero le estaba lastimando bastante el trasero.
Una persona sin habilidades marciales en un mundo wuxia no debería encontrarse con malhechores. De lo contrario, podría morir antes de que pasen tres episodios desde su llegada a este mundo. Eso sería realmente trágico.
Mientras miraba al caballo pastar, recordó el cerdo rojo al estilo de su madre.
«Papá, mamá, después de tanto esfuerzo para permitirme terminar la universidad, no he tenido la oportunidad de ganar dinero y cuidarlos correctamente, y ahora he terminado viajando en el tiempo. Soy un hijo ingrato.»
Si el cielo tan solo le diera otra oportunidad de regresar, estaría dispuesto a escuchar obedientemente a sus padres y encontrar un buen trabajo.
Pasaron varios días sin peligros en el camino, lo que lo alivió.
Desde Zhejiang hasta las montañas Kunlun, el viaje era largo y, aunque cabalgara, aún tardaría al menos diez días o más en llegar.
«¡Kiek… Kiek…» Un graznido áspero resonó en la distancia. Cuando de repente vio un cuervo, ¿era un presagio de malas noticias? O al menos esa era su superstición.
Cabalgando a través del bosque y siguiendo un estrecho sendero, se sorprendió al descubrir que en medio de este lugar tan apartado y salvaje, había una posada.
«Posada de la Fortuna Venidera».
¿No será una taberna turbia? Esto es algo que suelen representar mucho en las series de artes marciales.
Estoy harto de estos días llenos de temores y preocupaciones. Necesito volverme fuerte rápidamente.
‘La suerte puede convertirse en desgracia, pero la desgracia no puede ser evitada’.
Entró en la posada y un empleado salió corriendo al escuchar el sonido del caballo. Le entregó el caballo al empleado y entró en la posada. No era muy grande, y el dueño parecía medio dormido.
Después de observar la situación en la posada y no notar nada extraño, se preguntó si estaba siendo demasiado cauteloso.
Se sentó y golpeó la mesa. El dueño se despertó asustado y, al ver a un cliente, cambió su expresión al instante y se acercó sonriendo.
«¿Qué le gustaría comer, señor?»
«¿Tienen cordero?»
«No.»
«¿Tienen pescado?»
«No.»
«¿Tienen patas de cerdo en salsa de soja?»
«Tampoco.»
«No se di se lo ha dicho, dueño. Pero, ¿cómo se supone que va a administrar una posada si no tienen nada de comer? ¿Qué tipo de negocio es este?»
«Disculpe, señor, es que en este lugar tan remoto no tenemos muchos clientes habitualmente, así que…»
«¿Y qué pueden ofrecerme de comer en este lugar?»
….
«De acuerdo.»
Realmente no entendía cómo el dueño manejaba su negocio en un lugar tan apartado.