Después de cien años extraños en los que aparecían fantasmas, ¡solo quedaba una décima parte de la humanidad y la cantidad de fantasmas excedía la cantidad de humanos restantes! Para sobrevivir, los humanos necesitaban elegir un «fantasma compañero» desde el nacimiento y cultivar constantemente su propio fantasma compañero para poder usarlo para luchar contra otros fantasmas.